miércoles, 1 de junio de 2016

Un relato a medio dia

Elizabeth Prat se alistaba el cabello frente al espejo de algún auto sobre la avenida principal del vecindario, aliso su vestido marrón que cubría sus delgadas rodillas, paso su palmas por las piernas y se remojo las comisura de los labios. Mientras llevaba a cabo todo este magnifico ritual, no dejaba de mirar el reflejo de sus ojos en el espejo. Comprobó que todo estuviera en orden y siguió su camino, sus tacones oscuros no emitían ningún sonido, se contoneaba de una manera elegante una pierna frente a la otra y seguida de un paso y luego otro, el andar de una modelo experimentada, mas sin embargo Elizabeth jamas había pisado una pasarela en su vida, es mas le importaba un carajo la moda y todas esas frivolidades por las cuales la mujeres perdían la cabeza.
Mientras caminaba por la orilla de la calle pensaba en lo doloroso que había sido el pasado y lo que significada disfrutar el presente sin saber si quiera en que momento iniciaba el futuro, no había ninguna medida que marcara el inicio y el termino de estos estado creados por el hombre, era todo tan inherente al entendimiento de un grupo que cada individuo de forma solitaria y al entendimiento propio catalogaba y entendía estos tiempos.
Por un segundo paso por su mente los agradecimientos que haría esa tarde y en su mente repasaba cada palabra que por la noche había escrito un una vulgar nota del móvil.
"Gracias por Vuestro apoyo. El acento español de Elizabeth era pésimo y siempre se lo habían dicho. Agradezco a cada uno de vosotros por cada sonrisa y cada palabra que en los últimos años han expresado hacia mi persona, vosotros sois para mi como esas canciones que en la tristeza nos arrancan de lo mas profundo una sonrisa, pero también nos llenan de lagrimas y reclamos, son esas canciones que cuando no sabemos que hacer ellas se encargan de mostrarnos el camino, de darnos una esperanza fría en la distancia para no morir.
una voz delgada y cálida que arranco a Elizabeth de sus pensamientos. Se dirigió hacia le hombre de la puerta y sonrió, preparo sus labios una vez mas, repaso en la mente un saludo, se acomodo el cabello y se contoneo hacia le interior de un recinto que ese día había sido olvidado por todo el mundo.